jueves, marzo 28, 2024
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Espesores en pista ¿Cómo ‘leer’ la información de los partes de nieve?

A veces tenemos tantas ganas de nieve que en cuanto se anuncian unos cuantos centímetros en pista ya tenemos los esquís al hombro dispuestos a darlo todo. Sin embargo, en este aspecto, no todo vale. En ocasiones, con espesores pequeños sobre un buen manto de pradera es suficiente para disfrutar de una buena jornada de esquí sin riesgos. Pero otras veces, cuando la pista se asienta sobre un suelo pedregoso, habrá que esperar un poco para evitar sorpresas indeseables.

Espesores en pista: cómo interpretarlos.

Saber interpretar los partes de nieve y los espesores en pista

Saber interpretar los espesores en pista nos puede ahorrar muchas experiencias desagradables. Por supuesto, no quiere decir que si los centímetros son menos de los deseables no se pueda esquiar o sacar el máximo rendimiento a una jornada de snow, pero habrá que tener en cuenta otros factores como la composición geológica de la montaña, la experiencia de otros usuarios en cuanto a la labor de las máquinas pisapistas o la orientación y la altura (para evitar que el viento u otras condiciones meteorológicas puedan desvirtuar la realidad con partes de esquí emitidos a primera hora del día o sobre previsiones que más tarde pueden cambiar).

En principio, lo mínimo exigible para poder practicar el deporte con seguridad son los cuarenta centímetros de espesor en pista. Por debajo de esta medida, y dependiendo del tipo de suelo que haya bajo la nieve, no solo tienes todos los puntos para estropear los esquís (el repaso de cera está asegurado cuando termines la jornada); sino, lo que es peor, puedes encontrar alguna piedra o dar con alguna bañera que te haga terminar en el suelo.

Distintos tipos de nieve

No obstante, lo ideal, como regla general, es enfrentarse a una pista con espesores mínimos entre los 80 y los 100 centímetros… ¡Más vale prevenir!

Por supuesto, tiene mucho que ver el tipo de nieve. Y también cómo se haya tratado (un buen trabajo hace que sea prácticamente imposible diferenciar la nieve de cañones de la natural).

La nieve suelta ofrece muchas posibilidades, sobre todo si se trata de los primeros contactos con el medio. Mientras tanto, la nieve polvo es la preferida por los más expertos.

Hay que tener cuidado con la nieve dura. Es decir, aquella formada por una capa congelada que puede dificultar mucho la técnica y, sobre todo en el caso de los principiantes, puede ser el origen de una lesión.

Una pista con nieve húmeda tampoco reúne las condiciones ideales. Puede aparecer cuando la temperatura comienza a subir o en las horas centrales del día. Lo mismo sucede con la nieve primavera en pista, tan característica de final de temporada. El riesgo de lesión aumenta, sobre todo si no se cuenta con la experiencia suficiente.

En cualquier caso, no todo depende del espesor y hay que tener en cuenta otros factores. Un gran espesor no garantiza las mejores condiciones para esquiar o practicar snow. Por eso, siempre es aconsejable tomar como referencia el parte diario de la estación, consultar sus webcam en el caso de que las haya y madrugar un poco para poder encontrar la nieve y la pista en las condiciones más aconsejables para la práctica de nuestro deporte favorito.

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