A la hora de planificar nuestra salida a la nieve, no siempre tenemos claro cómo debemos equiparnos ni qué ropa elegir. Si bien es cierto que cada vez existe más cultura al respecto, también lo es el hecho de que, en ocasiones, no damos tanta importancia a la ropa como deberíamos. Un error más común de lo que pudiera parecer. Tan importante como la elección correcta del material para la actividad que vamos a practicar es la ropa con la que debemos equiparnos para que nuestra experiencia con la nieve resulte todo un éxito.
Lo primero que hay que tener en cuenta a la hora de vestirnos para ir a la nieve es qué tipo de ejercicio vamos a realizar. No es lo mismo dar un paseo, o realizar un recorrido con raquetas para disfrutar de la montaña, que practicar deportes como el esquí o el snow, actividades más aeróbicas donde no es necesario abrigarse tanto. Cada vez son más los que se animan a practicar deportes de invierno, así que no está de más descubrir o redescubrir las ventajas de llevar una ropa adecuada.
En cualquier caso, la regla de oro para sacar el máximo partido a la nieve son las tres capas de ropa. La clave está en no pasar frío, pero mantener la movilidad suficiente en función de la actividad que queremos realizar.
Las tres capas, la regla de oro
La primera capa sería la térmica, la más pegada al cuerpo. Una segunda piel cuya función es mantener el cuerpo caliente, incluso cuando no estamos en movimiento.
La capa intermedia tendría como objetivo evitar que la humedad llegue a nuestra piel pero, al mismo tiempo, con la transpirabilidad suficiente para que no suframos el efecto contrario al que buscamos. Es fundamental elegir tejidos de calidad para que la combinación con el resto de la ropa ofrezca un efecto óptimo.
Y, por último, la capa exterior. Una prenda cortaviento que complemente las anteriores.
Prendas ligeras y técnicas
Por supuesto, a la hora de disfrutar de la nieve, sobra decir que lo ideal es que se trate de prendas ligeras. En cuanto a los materiales, las principales marcas del sector han desarrollado tecnologías muy eficaces que optimizan el rendimiento partiendo de una especialización en función de las necesidades del usuario. Hoy en día, en el mercado existen numerosas opciones para todos los gustos y todas las necesidades.
Por eso, antes de ir a la nieve, es necesario valorar la inversión que vamos a realizar en nuestro equipo. A veces, merece la pena optar por un equipamiento un poco menos económico, pero garantizará que nuestra experiencia con la nieve sea un éxito. Si estás empezando, una opción interesante puede ser el alquiler.
El calzado ideal para ir a la nieve
En cuanto al calzado, es tan importante o más que la ropa. Mantener los pies calientes y secos es fundamental. Si la actividad es de montaña, o no vamos a estar continuamente en la nieve, unas buenas botas de montaña serán el mejor aliado. Al igual que con la ropa, no sirve cualquier tipo de calzado. Hay que prestar especial atención en que sean artículos con membrana y una buena suela antideslizante.
Gorro, guantes o complementos tipo braga son fundamentales, al igual que unos buenos calcetines. En este sentido, y aunque pueda parecer que no es importante, es necesario prestar a la ropa interior tanta o más atención que a las capas exteriores. Presentar una buena imagen nos gusta a todos, pero cuidar los detalles que no se ven nos puede sacar de más de un apuro.
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