¿Primera visita a la nieve? Te traemos 3 consejos para disfrutar de tu primer descenso.
Ante todo, debes saber que tanto el esquí como el snowboard son deportes muy exigentes
que necesitan de una buena forma física. Si, estar acostumbrado a realizar actividades
deportivas pero ¿no es tu caso? ¡No pasa nada! ¡Por eso no vamos a volvernos a casa,
simplemente iremos más despacio!
1.- Calentar.
Es muy importante, antes de empezar a esquiar, tengas o no costumbre de hacer
deporte. Un calentamiento normal, mover un poco las caderas, los tobillos, estirar, etc., para
evitar lesiones y volver sanos y salvos.
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2.- ¡Al ataque! ¡Y a la pista!
Al ser nuestro primer descenso, empezaremos por las pistas de
menor nivel y poco a poco y según nos vayamos encontrando mejor podemos ir acelerando
nuestro ritmo y cambiar de color. Recordemos el tipo de pistas existentes;
- Pistas verdes, son las más sencillas, cortas y con poca pendiente. Ideales para
principiantes.
- Pistas azules, son pistas fáciles e intermedias para un nivel medio pero tirando a bajo
- Pistas rojas, difíciles. En estas pistas ya se requiere cierta experiencia y pueden tener
hasta un 40% de pendiente.
- Pistas negras, son muy difíciles. Tienen una pendiente a veces superior al 50 % y están
destinadas para aquellos esquiadores con alto nivel de experiencia
También encontramos las Pistas FIS, homologadas por la Federación Internacional de Esquí y
que deben cumplir unas características, y está la zona conocida como fuera de pista, sin
balizar, sin señalizar y de nieve virgen.
3.- No soy lento, disfruto el trayecto.
Y también estoy aprendiendo añadiría yo.
No es bueno obsesionarse y querer ir más rápido de lo debido. Eso sí, tampoco nos pongamos
en medio de los esquiadores experimentados sino queremos ser arrastrados.
Y … ¡Voilá! ¡Preparados, listos, ya!
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