Últimamente, la cosa va de tiburones. El hace pocas semanas acontecido ataque del tiburón al surfista Mick Fanning en plenas finales del J-Bay Open Sudáfrica, relatado en uno de nuestros artículos anteriores, ha llamado la atención de toda la comunidad del surf y de todo el mundo, convirtiendo el video que retransmite el primer ataque de tiburones de la historia del surf profesional, en un fenómeno viral.
Por si fuera poco, el pasado viernes tuvo lugar un segundo ataque de tiburón blanco en una de las playas del noroeste del estado de Nueva Gales del Sur. Craig Ison , protagonista del incidente, escapó del escualo a puñetazos aunque no ileso como Fanning, habiendo sufrido heridas en las manos y las piernas. La evidencia de que el depredador fuese un tiburón blanco ha sido apreciada por expertos en las marcas de la tabla de surf de Ison quien, despúes del accidente, nadó hasta la orilla donde pudieron practicarle un torniquete que salvó su vida.
Los ataques de tiburones a surfistas son un hecho, sin embargo, conocer el interés que despiertan los seres humanos en estos mamíferos resulta todavía un misterio. Una de las explicaciones más admitidas que aclararía este tipo de agresiones, consiste en la percepción que los tiburones tienen de los surfistas desde abajo, creando la postura del humano sobre la tabla de surf una imagen que cualquier tiburón podría confundir, por ejemplo con focas o leones marinos. Así, los errores de identidad pueden suponer la primera causa de los ataques, aunque también se baraja la posibilidad de que sea la propia actividad humana, como la agitación del agua o los llamativos colores de algunos trajes acuáticos, los que inspiran al tiburón para llevar a cabo la embestida.
La mayor parte de las agresiones de tiburones registradas tienen lugar en Estados Unidos y Australia, lo que eficazmente tranquiliza a los surfistas de las playas españolas quienes únicamente han sufrido tres ataques desde el siglo XIX. Asimismo, de vez en cuando es notificado el avistamiento de tiburones en la Península Ibérica, siendo la emigración a otras aguas o el arrastre de corrientes oceanográficas las principales causas de su aparición.
Con alrededor de 465 especies de tiburones registradas que conviven en nuestros océanos, son solo 5 las que suponen ciertamente un peligro para los surfistas y las cuales citamos a continuación:
1- Tiburón Blanco: con dientes de punta y en forma de sierra, es el depredador más grande y voraz del océano y el responsable de la mitad de los ataques que se producen al año.
2- Tiburón Toro: considerado animal mortal por su tamaño y dentadura, generalmente carecen de interés en los seres humanos debido a que suelen realizar en primer lugar una cata de la presa, para después decidir si realmente es apetecible. Por suerte, está comprobado que la carne humana no lo es.
3- Tiburón Tigre: se caracteriza por un abierto apetito que no pone objeciones ante ninguna presa. Su gran tamaño y atrevido estilo de caza hacen de él uno de los depredadores más agresivos de mares y océanos.
4- Tiburón Oceánico de Punta Blanca: siendo sus aletas el ingrediente principal de la famosa sopa de tiburón, se trata del escualo más comercialmente valorado pero también, para muchos ictiólogos, el responsable de la mayor parte de fallecimientos en el mar por su historial de ataques a víctimas de naufragios.
5- Tiburón Gris de Arrecife: activos durante el día pero cazadores en la noche, se caracterizan por una actitud curiosa que les hace investigadores del mar. Se considera que solo atacan cuando perciben peligro por parte de los bañistas.
A pesar de que existen pocos ataques de tiburones: menos de 100 cada año y de los cuales un 10% son fatales, la amenaza es real y los mencionados errores de identidad que suelen ser la principal causa de las agresiones, pueden desembocar en catastróficos accidentes. Así, consideramos que conocer ciertas pautas sobre el comportamiento aconsejable ante el ataque de un tiburón puede ser, aunque esperamos que nunca lo sea, útil para salvar la vida:
1- En primer lugar, lo más importante para evitar el ataque de tiburones es no exponerse a él. Las bajadas y desembocaduras de ríos son zonas peligrosas. A su vez, hay que tener en cuenta el comportamiento de los animales acuáticos, que pueden darnos pistas de su presencia y consiguiente ataque. Nadar en grupo también reducirá las posibilidades de agresión y como es todos sabemos, la sangre y el chapoteo pueden atraer su atención.
2- Ante un ataque inminente, ponte a la defensiva. Es importante no apartar la vista del tiburón, ponerse en posición defensiva y sobre todo, mantener la calma evitando movimientos bruscos. Es instintivo intentar escapar lo más rápido posible, comportamiento ilógico al ser imposible nadar más rápido que ningún escualo.
3- Es fundamental no atacar al tiburón hasta no tener claro su propósito . Si decide embestir, se recomienda llevar a cabo las siguientes acciones: Golpea al tiburón en los ojos, el hocico y las agallas, sus únicas áreas vulnerables. Utiliza cualquier objeto a tu alcance para defenderte, tal como una piedra o una cámara, que seguramente hagan más daño al tiburón que cualquier parte de tu cuerpo. Por último, en ausencia de armas, utiliza tu cuerpo: puños, rodillas, codos y pies podrán causar lesiones graves en el escualo que, resentido, abandonará el ataque.
Para finalizar, os dejamos un video sobre cómo sería un ataque de tiburón blanco, recreado por los científicos del Instituto Oceanográfico Woods Hole. En nuestra opinión es ¡aterrador!.
https://vimeo.com/whoi/remus-sharkcam
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