martes, abril 16, 2024
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Playa Lóngara en Barreiros(Lugo)

Hola, soy Ale una chica de Madrid que tiene 20 años, y es estudiante de Filosofía en la Universidad Autónoma de Madrid. Siempre he estado abierta a practicar todo tipo de deportes, de ahí que haya hecho un poco de todo, aunque aun me quede mucho por descubrir. Pero si tengo que elegir sin duda me quedo con los deportes de agua. Hace cuatro años comencé a hacer surf y hoy por hoy no he podido dejarlo, me declaro adicta al surf. ¿Porqué? Seguramente si te preguntas eso es que no lo has probado, sino, seguramente me entiendas. Los primeros días suelen ser un poco duros, básicamente por las agujetas. Por mucho que digan que el surf es un deporte difícil, no lo es, al contrario, es un deporte del que disfrutas nada más coger las primeras espumas. Recuerdo el primer día que hice surf, comenzó con un ¿estas preparada para un día de surf? Y un viaje en furgo hasta la playa. Una vez llegamos a la playa nos repartieron el material a los cuatro pardillos del surf que allí nos hallábamos, estábamos emocionados. El primer momento de risas llego cuando conseguimos meternos en los neoprenos (no sabíamos lo que íbamos a pasar luego para salir de ellos, sin duda se convierten en una segunda piel) la tabla pesaba un montón, pero gracias a eso flotaba mas y sería mas fácil coger olas con menos esfuerzo, hay que empezar poco a poco. Iba decidida a disfrutar de la experiencia, me levantara o no. Y resultó que me levante, y de un salto, eso si, no tarde mucho en estar bajo la tabla mas que sobre ella. De hecho estaban grabando un video promocional y esta todo grabado para el recuerdo. Algún día quizá lo comparta en el blog. Todo fue poco a poco, primero unos calentamientos, hay que preparar el cuerpo para el ejercicio, si no podemos hacernos daño. Lo primero después de eso fue aprender a remar correctamente y aprender a colocarnos en la tabla, que no es tarea fácil para todo el mundo. El tamaño de las softboards permite hacerlo más fácilmente. Cada vez el asunto estaba más interesante, las primeras espumas llegaron y una vez controlábamos, llego el momento: iban a enseñarnos a levantarnos. Parecía muy fácil en tierra firme, la parte complicada fue hacerlo en el agua, pero no tarde mucho en coger la técnica. Se abrió en ese momento para mí una puerta a la experiencia y la diversión, que no me negué a cruzar, de hecho aquí sigo, esperando que pronto llegue esa próxima ola inolvidable.

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