jueves, marzo 28, 2024
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Mi primera ola ¡con sorpresa al final!

Desde pequeño he practicado sobre todo Skate y Snow, y durante muchos años me había planteado que me faltaba completar el trio, porque donde caben dos caben tres y todas estas cosas que se dicen, asique tras una ardua lucha contra mi señor padre, llamémosle entre los amigos Señor padre, se decidió muy caballerosamente a llevarme con él y con un amigo a mi elección a la primera playa de la que me enamore.

Empezando desde el inicio y con demasiadas cosas que contar, explicar, relatar y confesar, empezare contando como, donde y el porqué de mi primera ola.

Aunque cueste creerlo, y os digo yo que cuesta aunque no me conozcáis bien, de pequeño odiaba la playa. La arena, la sal, el pelo lleno de arena y de sal a la vez, a mí me producía sarpullido de pensarlo, con lo a gusto que esta uno rebozándose en el suelo limpio y reluciente, y bañándose en la nieve, sin embargo cogí todo mi odio hacia la costa y lo lance lejos para embarcarme en mi nueva aventura, porque me producía mayor inquietud como sería hacer surf. Aunque no lo he dicho no era tan pequeño como parece ya rondaba los 15 o 16 años y tenía 2 o 3 pelos en mi imberbe barba. Seleccione a mi mejor amigo de la infancia aunque no fue muy duro hacerlo, menos de lo que me pensaba (porque tengo muchos amigos ¿vale?), porque casi nadie podía, y era el que mejor conocía mi padre. Cogimos carretera, CDs, comida y agua y nos fuimos rumbo a LOREDO.

No tenía ni idea de que playa podría ser, una de las típicas de sol torrante, llena de gente, y con mucha sal y mucha arena como todas, pero resulto que no. Fue la primera playa que me enamoro, y es que el Norte enamora a simple vista, sus paisajes rotos por montañas, surcados por playas preciosas que hospedan el final de un bosque, su ambiente cálido pero siempre con un toque de misterio que produce esa sensación de bruma que se acumula en las zonas frías. Son lugares maravillosos. Y LOREDO también lo era, una playa magnifica centrada en Cantabria, con Santander en frente y su precioso faro. LOREDO es la esquina de una playa gigantesca que es más conocida como SOMO. Loredo es la esquina del final de la playa, donde se encuentra uno con un precioso pueblo, muy hospitalario y que bajando por las empinadas calles hasta la playa, descubre magníficos sitios como su camping y su albergue juvenil. Lo digo porque he estado en los dos y se cómo son, para amigos de nuestra edad no hay nada mejor, si quieres una cena romántica con tu amor es mejor un hotel, pero todo depende de los gustos. Cuando llegamos nos hospedamos en el camping, en un segundo mi Señor padre, que es un manitas, coloco la tienda de campaña (muchos años de montaña tienen su recompensa) y bajamos mi amigo y yo (mi amigo Gonzalo que no lo he dicho) como aves rapaces a encontrar el sitio para alquilar la tabla de surf. Antes que nada os digo, la primera tabla que pilléis es la típica tabla hawaiana laaaaaaaarga como una palmera solo que no tiene el estilo hawaiano dibujado. En el mismo albergue había un lugar donde un señor de unos 70 años sin exagerar impartía las clases. Era uno de los pioneros del surf en España, tiene mi respeto eterno. También alquilaban neopreno y tablas, Gonzalo y yo estábamos como locos. Asique a la mañana siguiente nos embutimos en el traje de neopreno (os aconsejo que consigáis uno, os ahorráis eso y en el Decathlón son súper baratos) un poco mojado todavía, cogimos los tablones encima de la cabeza y bajamos disparados a la clase. ¡Que aburrido! pero es normal, ya que siempre hay un proceso de iniciación en el cual te explican la mejor manera de levantarte en la tabla, cosa que explicare en mi siguiente entrada. Es como cuando aprendes a esquiar el proceso de aprender a hacer cuña. Pero duro muy poco y a la media hora estábamos en el agua,

que no esta tan fría como dicen, intentando coger las primeras espumas (olas rotas, donde solo se ve lo blanco)  tras una cantidad inaguantable de intentos, apenas habíamos cogido unas espumas muy malas y la clase había terminado, pero nuestras ganas no tienen fondo y nos quedamos 2 horas más intentándolo. Cuando me quise dar cuenta, y más por suerte que por destreza, reme bien una ola que venía, la más grande del día, y mientras remaba me decía, «esta es la mía seguro que sí», cuando vi que la corriente me llevaba hice todos los movimientos que el profesor me había enseñado, uno tras otro, con cuidado, sin perder el equilibrio y….. ¡Me puse de pie! ya lo había conseguido. Eso sí dure dos segundos, pero sabía que había sido un momento único. Fue el momento que me enamore del surf y de su esencia. Cuando me di cuenta de lo que me había esforzado sabía que este deporte, este hobby, este placer merecía la pena.

SOMO y LOREDO son dos grandes sitio donde poder comenzar a hacer surf, pero tambien para gente mas avanzada, tiene el toque perfecto de hospitalidad, y ese ambiente norteño tan caracteristico que hace que sea un sitio maravilloso. Espero y deseo poder llevaros alli, ya que UNA de las sorpresas que traigo esque PLANSURF se esta desarrollando de la misma maravillosa manera que PLANESQUI, y queremos hacer una comunidad para surferos que quieran empezar o gente que quiera conocer mas surferos, o simplemente gente que le guste la playa y conocer gente, por eso empezaremos dentro de nada NUESTRA TEMPORADA DE SURF y empezaran los viajes estad atentos. 😉

¿Alguno quiere contarme su primera ola? puede que sea una gran historia que contar !!!

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2 Comentarios

  1. La primera ola siempre es memorable! buen post 🙂
    aunque te puedo decir que aún puedes ampliar la familia y probar el sandboarding 😉

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