jueves, abril 18, 2024
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Jardínes de nieve, jardines de sueños blancos

Un Jardín de nieve es un jardín de sueños. Cada vez se intenta inculcar el amor por la nieve y por la montaña a edades más tempranas.

Los beneficios de la afición por el deporte blanco son ilimitados y, mejor, cuanto más pronto se inculquen. Los aficionados a la montaña lo tienen claro, y cada vez son más los padres que buscan las máximas prestaciones posibles para sus hijos a la hora de elegir centro invernal para disfrutar de la nieve.

El jardín de nieve se ha convertido en un servicio fundamental en muchas estaciones

Jugar, disfrutar y, en definitiva, descubrir la nieve es el objetivo de estos lugares especialmente pensados para los más pequeños. No hay que olvidar que se trata del primer contacto con la nieve, por lo que la experiencia tiene que ser lo más agradable posible. Más allá del concepto de guardería tradicional, las estaciones pretenden ofrecer un espacio seguro, donde los pequeños estén atendidos y protegidos del resto de esquiadores. Lo más aproximado posible a lo que será, para estos futuros esquiadores, la pista de sus sueños.

Algunas propuestas

Vallnord, en Andorra, ofrece un gran espacio pensado para los pequeños de la mano de Pocoyó. En Baqueira, hay cuatro guarderías. Y Candanchulandia, en el Pirineo Aragonés, también es una buena opción. La Molina ofrece centros adaptados a las edades del niño. Y Formigal-Panticosa presenta una buena solución para cuando todavía se usan pañales. El Jardín de Nieve de Valdelinares ofrece precios muy competitivos, al igual que Manzaneda. Sierra Nevada, San Isidro,… Lo cierto es que prácticamente todos los centros invernales cuenta con propuestas especiales para los más pequeños, que, al mismo tiempo, suponen una gran ayuda para los padres que quieren disfrutar de una tranquila jornada de esquí. Lo mejor es consultar las posibilidades del destino en función de las necesidades y la edad de los niños.

Aunque el debate sobre la edad idónea para aprender a esquiar está a la orden del día, parece que los expertos coinciden en que los 4 ó 5 años es un buen momento. Familiarizarse con la nieve es otra cosa: a partir de los 3 ó 4 años, e incluso, antes, ya se puede empezar (http://www.kidsbaqueira.com/cuando-empezar-a-esquiar/).

En definitiva, no forzar al pequeño, hacer de su día en la nieve un juego y buscar su disfrute es la mejor fórmula para conseguir que un niño de aficione al deporte blanco. En las guarderías de las estaciones de esquí y en sus jardines de nieve lo tienen claro: grandes profesionales para comenzar a moldear grandes esquiadores.

 

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